
El manejo, antes de ser rápido o ágil, debe ser seguro. Porque no somos los únicos en el camino y la responsabilidad de un automóvil es más grande de lo que parece.
COMO MANEJAR SEGURO Y RÁPIDO
Muchos saben manejar un auto, por lo menos eso es lo que creen. Si aplicamos unas cuantas técnicas de conducción a la defensiva combinadas con las de manejo deportivo, se puede lograr una habilidad más que notable para el día a día frente al volante. Esta es una serie de 5 pasos para comprender el tema de la conducción segura antes que rápida. Espero les agrade.
1ª parte
¿Por qué?
En general a muchos de nosotros nos encantaría manejar algo más rápido del resto de los mortales. Es cierto, parece simple, pues basta con pisar el acelerador y ponerse vivo con respecto a los demás autos y ya. Una respuesta muy simple si consideramos la sofisticación tanto mecánica como dinámica de los actuales coches. Si tan sólo el conductor que va al frente del automóvil comprendiera un poco más sobre la complejidad de un vehículo en movimiento, lo entendería mucho mejor y por ende, podría sacarle más jugo a esa segunda inversión de su vida. Porque en estos tiempos, un auto ya no es un lujo o capricho, por lo menos para el 80% de los automovilistas mexicanos. Es una herramienta de trabajo para muchos y también un medio que expande nuestros horizontes físicos y sociales. Quién no recuerda en su juventud o hacia finales de su niñez la increíble sensación de libertad que otorgaba subirse al auto de papá o del amigo. Eramos sencillamente los reyes de la calle, porque nuestros límites acortados por la distancia que se podía recorrer ya a pie o en bicicleta era sencillamente pequeña.
Ya más grandes, el préstamo del coche de papá o del tío nos dejaba crecer ese radio de acción en varios kilómetros; los más afortunados llegaban a contar con su propio vehículo, compinche único e inigualable de fiestas y desencuentros de toda clase.
Pero lo cierto es que las lecciones a bordo del coche son más de vida y experiencia propia que de un verdadero enfoque en comprender la conducción segura y rápida. Porque la gran mayoría no tiene una formación adecuada, pues aprende algo de papá, algo del tío o primo mayor e incluso de los amigos. Lo curioso es que en este último caso son tan novatos como nosotros la mayoría de las veces.
Porque no basta con mover un coche correctamente; hay que sentirlo y entenderlo para conocer sus posibilidades dinámicas así como nuestras propias capacidades de respuesta ante los imprevistos de las calles y carreteras.
Muchos saben manejar un auto, por lo menos eso es lo que creen. Si aplicamos unas cuantas técnicas de conducción a la defensiva combinadas con las de manejo deportivo, se puede lograr una habilidad más que notable para el día a día frente al volante. Esta es una serie de 5 pasos para comprender el tema de la conducción segura antes que rápida. Espero les agrade.
1ª parte
¿Por qué?
En general a muchos de nosotros nos encantaría manejar algo más rápido del resto de los mortales. Es cierto, parece simple, pues basta con pisar el acelerador y ponerse vivo con respecto a los demás autos y ya. Una respuesta muy simple si consideramos la sofisticación tanto mecánica como dinámica de los actuales coches. Si tan sólo el conductor que va al frente del automóvil comprendiera un poco más sobre la complejidad de un vehículo en movimiento, lo entendería mucho mejor y por ende, podría sacarle más jugo a esa segunda inversión de su vida. Porque en estos tiempos, un auto ya no es un lujo o capricho, por lo menos para el 80% de los automovilistas mexicanos. Es una herramienta de trabajo para muchos y también un medio que expande nuestros horizontes físicos y sociales. Quién no recuerda en su juventud o hacia finales de su niñez la increíble sensación de libertad que otorgaba subirse al auto de papá o del amigo. Eramos sencillamente los reyes de la calle, porque nuestros límites acortados por la distancia que se podía recorrer ya a pie o en bicicleta era sencillamente pequeña.
Ya más grandes, el préstamo del coche de papá o del tío nos dejaba crecer ese radio de acción en varios kilómetros; los más afortunados llegaban a contar con su propio vehículo, compinche único e inigualable de fiestas y desencuentros de toda clase.
Pero lo cierto es que las lecciones a bordo del coche son más de vida y experiencia propia que de un verdadero enfoque en comprender la conducción segura y rápida. Porque la gran mayoría no tiene una formación adecuada, pues aprende algo de papá, algo del tío o primo mayor e incluso de los amigos. Lo curioso es que en este último caso son tan novatos como nosotros la mayoría de las veces.
Porque no basta con mover un coche correctamente; hay que sentirlo y entenderlo para conocer sus posibilidades dinámicas así como nuestras propias capacidades de respuesta ante los imprevistos de las calles y carreteras.